jueves, 4 de agosto de 2011


Los días de verano me traen sabores de ferias de pueblo, de tiovivos, de norias, de algodón de azúcar. De primeros besos, de historias de amor fugaces, de mojarnos hasta la última esquina del cuerpo. Recuerdo cómo me decías que para ti el año comenzaba en los primeros días del verano. Éramos diferentes hasta en eso: para mí el verano no era más que la antesala del otoño, de mi momento. Pero tengo que admitir que me encanta poder perderme en carreteras desconocidas, con las ventanillas bajadas y la música más alta de lo permitido. Los veranos contigo siempre se traducían en mañanas en las que podías levantarte a las 11 sin miedo a que el despertador sonase (o dejara de sonar).

3 comentarios:

Miss Frenesí 4 de agosto de 2011, 20:12  

Pues sí, el verano puede significar cosas diferentes para las personas, pero siempre será un tiempo que disfrutar :)
Un beso enorme!
Me encanta la foto de tu blog (L)

poetadebotella 4 de agosto de 2011, 21:55  

mañanas sin despertador...como las añoro, no las tengo ni en agosto...disfrútelas por mi señorita Octubre!:)
muah

Ardid 6 de agosto de 2011, 18:55  

Yo soy de las tuyas, el año empieza con el curso escolar.