jueves, 28 de julio de 2011


Él no paraba de hablar. Y yo no dejaba de preparar sushi. Parece sencillo, pero es un trabajo delicado, que requiere de relajación y tiempo (sobre todo tiempo). Hay que preparar el arroz para que se quede en su punto y, después, lavarlo cuantas veces sean necesarias para quitarle el almidón. El sushi puede estar hecho de muchas cosas: de pepino, de aguacate, de calabacín, de salmón, de atún, de boquerones en vinagre, de carpaccio, etc. Hay que enrollarlo bien, para que se quede duro y consistente. Luego hay que mojar el cuchillo (así es más fácil) y se va cortando formando los makis.
La forma de presentación del sushi también es importante. Es un estallido de color y el mismo plato te pide que lo decores o que lo presentes de una forma distinta. Es un plato especial no apto para cualquier paladar.
De fondo escuchaba su voz, como cuando escuchas la lluvia contra los cristales. Me estaba explicando cómo habíamos perdido el tiempo. Cómo habíamos llegado a desaprender. Y algo sobre la transformación de todo. Los sentimientos, al igual que la materia, ni se crean ni se destruyen: sólo se transforman.
Él no paraba de hablar. Y yo no dejaba de preparar sushi.

Foto & texto: Me llaman Octubre.

10 comentarios:

ariamsita 28 de julio de 2011, 23:06  

A veces es más sencillo seguir preparando sushi y no escuchar lo que nos dicen..
:*

Macarena Baquero Masáts 29 de julio de 2011, 1:40  

Me encanta el sushi
y me encanta esta entrada.

Maik Pimienta 29 de julio de 2011, 11:48  

Nada mejor que comer lo crudo

nanarandano 29 de julio de 2011, 15:15  

Y lo peor es que no dejabas de preparar sushi, y que su voz era de fondo, y que no pareces quererle.

Logos, vectores y viceversa 29 de julio de 2011, 15:52  

y qué te hace pensar que no le quería? (hablo en tercera persona porque no es autobiográfico).

Miss Frenesí 29 de julio de 2011, 16:42  

Una curiosa forma de distrairte y no oír lo que los demás te dicen :)
Un beso enorme!

Espiritu Zen 29 de julio de 2011, 20:05  

Preciosa entrada!! me encanta la combinación de dos circunstancias habituales pero que se fusionan de manera poco frecuente. Un abrazo.

Ardid 29 de julio de 2011, 23:53  

Estoy de acuerdo con la opinión de él sobre los sentimientos. Debemos evolucionar.
Preparar comida en conjunto puede resultar muy sexy. ;)

susy luk 30 de julio de 2011, 1:23  

esa descripción magnifica del sushi...
al final hizo que lo olvidara a él!
mágico, todo lo oriental!
mágica entrada!!!!
:)

Anónimo 1 de agosto de 2011, 3:41  

y la de veces que mientras escuchaba, preferí estar haciendo sushi..