sábado, 6 de febrero de 2010


Ella le seguía guardando en un rincón sus historias. Y dibujaba castillos de arena en cualquier pared que se le ponía por delante. Siempre llamaba dos veces a las puertas (por si acaso no le habían escuchado) y comenzaba a caminar con el pie izquierdo. Las supersticiones le daban mala suerte. Ella le esperaba cada noche en el mismo lugar, para que siempre supiera volver. Mientras tanto, se fumaba un cigarro (y la vida).
Ella se mece en los besos porque se lo merece. No cree en las tiernas y dulces historias de amor [pero lo que no sabe, es que ella misma es esa historia de amor]. Tiene su sonrisa manchada de chocolate y espera a que alguien le señale con el dedo (o se la coma). Continúa guardando sus silencios porque está convencida de que algún día serán el mejor regalo que pueda hacerle a un completo desconocido.

Hay cosas que el dinero no puede comprar. Una de ellas era la marea de sus ojos.


Fotografía: http://www.flickr.com/photos/me_llaman_octubre/4230394591/

6 comentarios:

Daniela S. Rain 7 de febrero de 2010, 0:00  

Dios... precioso (L)

Besos(:

galmar 7 de febrero de 2010, 0:21  

:)

Clementine 7 de febrero de 2010, 13:14  

Nunca habia entrado a tu flickr, tienes unas fotos increibles de verdad. He estado un rato viéndolas y me encantaron..
Sigue escribiendo y fotografiando porque lo haces genial.
Un beso bonita

Luna Roi 7 de febrero de 2010, 18:20  

Mejor hablar con silencios que hacer promesas cada hora. Tantos cigarrillos fumados mirando la madrugada a través de la ventana, tantos pensamientos se fueron con ese humo, también esperándola. Y con todo ello, creciendo el insomnio.

Deja que me coma su sonrisa y su boca para naufragar en su saliva!! Estoy cansada...

Madison N.Cheshire 7 de febrero de 2010, 20:34  

Me gusta la entrada, y me cae bien ella (:
Amo también tu cabecera.

Diario de nuestros pensamientos 7 de febrero de 2010, 22:54  

silencio.. lo guarda porq seguro q los suyos son sinceros