jueves, 30 de julio de 2009

Me enseñaste a dibujar partes meteorológicos en las palmas de tus manos, en el lóbulo de tu oreja izquierda y al final de tu espalda. Dibujé soles, nubes, marejadas, claros, truenos, lloviznas, vientos del sur y del norte para terminar en lluvias en forma de nieve (blanca. Muy blanca). Pero tú sólo querías que dibujara tormentas de verano. Y quedarte dormido allí hasta que un nuevo relámpago te despertara de tu letargo.
Ya no sé si eras tú lo que tanto echaba de menos.

13 comentarios:

Pedro R. 30 de julio de 2009, 18:07  

Respeto los silencios. Y me sobresaltan las tormentas. Pero el olor de la tierra mojada me reconforta en este páramo calcinado y sin palabras. La luz del rayo deja ver bien la verdadera expresión del rostro ante la sorpresa. Yo ya soy responsable ante el espejo del mío, y no siento miedo del fuego. Como me gusta deslizarme apaciblemente a lo largo del tiempo. No, no eras sólo un oasis en mitad del desierto; una estación con parada, no un fin de trayecto.

'Ma pauvre musa, hélas! Qu'as-tu donc ce matin?'

Echaba y echo de menos tus palabras interrumpidas. Silencios... ¿o punto final?

De cualquier modo, un beso siempre.

Espérame en Siberia 30 de julio de 2009, 18:41  

Sé lo que es tener esa última duda. Y al final terminas resolviéndola. A veces el resultado no es lo que teníamos planeado al inicio, pero estas cosas son así. Siempre un misterio.

Qué bueno es volver a leerte.
Un abrazo :)

Diario de nuestros pensamientos 30 de julio de 2009, 20:31  

odio las tormaentas de verano, muy intensas pero q siempre hacen daño y duran poco
igual q esas relaciones


besos

Vanille Galaxy 30 de julio de 2009, 20:35  

Quizá solo era añoranza de los partes meteorológicos dibujados al final de su espalda. O simplemente el deseo de una tormenta de verano.

Un saludo :)

María Agostina Saracco. 30 de julio de 2009, 23:31  

Davi tienes una nueva seguidora :)
Sabes que soy fan tuya.. jajaja
un besito

Dara 1 de agosto de 2009, 20:21  

Es que las tormentas de verano son magia. Normal que fueran sus favoritas.



miau amarillo submarino

Anónimo 2 de agosto de 2009, 22:43  
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo 2 de agosto de 2009, 22:49  
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo 2 de agosto de 2009, 23:10  

Dibujar mundos en la piel del otro.

Mer

R. 2 de agosto de 2009, 23:37  

Las tormentas de verano están bien, pero prefiero la lluvia intermitente del otoño, o del invierno. Y empaparme toda la vida, y no una noche solo.

Besos

Logos, vectores y viceversa 2 de agosto de 2009, 23:39  

Exacto. Quizás por eso me llaman Octubre... por las lluvias del otoño.

Djuna 7 de agosto de 2009, 21:36  

lo ultimo fue un cuchillo sin dirección pero con desiertos evaporados.

precioso texto!

eliú 8 de agosto de 2009, 17:08  

"...Ya no sé si eras tú lo que tanto echaba de menos..."

idem.