miércoles, 17 de junio de 2009

A mí no me engañas. Hace tiempo que descubrí que la verdad sobre Caperucita y el lobo es que ella se lo comió. Hace tiempo me di cuenta que la manzana envenenada no era más que un alucinógeno que nos transportaba durante un rato al país de los sueños dormidos. Hace mucho que sé que Eva no nació de la costilla de Adán. Si acaso hubo alguna costilla de por medio fue la que se comieron alrededor de una hoguera mientras cantaban noséquécanción.
Así que ahora no me vengas con abrazos de agua que se escabullen en cuanto intento atraparlos. No me vengas con besos guardados en cajitas con lazos rojos porque sé que dentro no hay más que espinas. No me vengas con ronroneos en los tejados. Yo fui la que te inventé, chaval. Así que a otra con ese cuentro de príncipes y princesas. No eres más que la efervescencia de una botella de medio litro de coca-cola: momentánea.
Yo te enseñé a mentir. Te enseñé a que no me creyeras en nada. Te enseñé a no creerte mis tequiero, mis besos y mis parpadeos. Y también te enseñé a no creerme cuando te dijera que no me creyeras. Así que, ¿qué moto intentas venderme ahora?
No, yo no me dejo engañar. Y si piensas que voy a responder a tu contoneo con un vaivén de miradas, lo llevas claro.
Sí. Me voy a poner mi vestido de color rojo. Con mucho escote. Que lo que no sale a la luz se pudre. Me voy a subir a esos tacones con los que apenas puedo dar dos pasos. Y pienso echar el polvo de mi vida al primer desconocido que no me prometa que ese será el mejor polvo de mi vida (¿y tú qué sabrás?).

11 comentarios:

eliú 17 de junio de 2009, 7:37  

lo prometo.



...


"...No me vengas con ronroneos en los tejados. Yo fui la que te inventé, chaval. Así que a otra con ese cuentro de príncipes y princesas..."

pero que jodida realidad tan ácida.
buen cántico, buenísimo.

Florecita 17 de junio de 2009, 14:36  

Cuando él iva, tú ya venías por segunda vez...cierto? Me encanta la parte que han señalado en el comentario anterior! =)

besitos d fresa

Logos, vectores y viceversa 17 de junio de 2009, 17:50  

eliú -> ¿lo prometes? hmmm... entonces la noche de sexo enloquecido y desenfrenado no podrá ser con usted, caballero, ya que busco a alguien que no me prometa nada.

Florecita -> sí, más o menos era eso :)

coloresdepapel 17 de junio de 2009, 19:53  

ni los billetes de tren tienen caducidad cuando uno puede esconderse en cualquier lavabo, ni ningún ronroneo de gatos callejeros y podridos nos hará vacilar ante la ventana abierta. Cansado de las noches de calor y de tener que perdonar los tequiero. Enhorabuena por tu salto al vacío. Te seguiré leyendo.

une femme vole 17 de junio de 2009, 23:22  

He leido coca-cola y se me han salido los ojos.

Yo, la que olvidaste.- 17 de junio de 2009, 23:33  

Me gustaría decir lo mismo, pero en éstos momentos se me hace un poco... díficil.-

Quizás con el tiempo aprenda a no creer, pero no sé... llevo 23 años creyendo y cayendo una y otra vez y... No aprendo, por lo tanto quizás deba deducir, que ya no aprendí, más no lo sé.

Cuidate y suerte!!

Te leo =)

Siôrs 18 de junio de 2009, 0:02  

Que sinceridad tan demoledora.

Nos vemos.

G. F. Degraaff 18 de junio de 2009, 2:02  

wwwwaaaaawwwwww!!! no puedes ser mas dura!!! ahora vas y vienes en los extremos... puedes ser infernal... bien, prometer aherroja, mejor le envío saludos...

eliú 18 de junio de 2009, 4:00  

prometo que no lo vuelvo a prometer.

Pedro R. 18 de junio de 2009, 12:45  

No te creas a nadie que no prometa nada; sólo al que no tenga nada que prometer. Ya sabes: el que nada tenga, nada tiene que perder.

No debemos tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos... acaso a nuestros sueños sí: "Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía".

ele* 18 de junio de 2009, 12:58  

es simplemente genial. "no eres más que la efervescencia de una botella de medio litro de coca-cola".

sonríe y cuidate!;)