viernes, 26 de junio de 2009

Este año olvidé muchas cosas en San Juan. Olvidé saltar todas las hogueras que inventaste para mí. Olvidé las cosas que tenía que quemar para empezar de 0. Olvidé pedir el deseo después de las doce olas. Y es que por mucho que intente acercarme a la magia, soy la persona menos supersticiosa que puedes encontrarte (ya sabes, la superstición me da mala suerte). Prefiero aferrarme a los instantes que realmente tengo, como este olor que has dejado entre mis sábanas. Como mirarte a través de mi cámara. Como que me abraces por la espalda. Porque ya sabes: tú y yo nos amamos de espalda, siempre.
He olvidado tu nombre. De hecho, es que tienes muchos nombres. Hoy puedo llamarte Sergio. Te conocí en un bar de Puerto Banús, en Málaga, y me invitaste a un chupito de tequila. Pero el tequila nos llevó hasta tu casa.
El otro día fuiste Rodrigo y, como si de una película de amor de las ñoñasquetecagas se tratara, mi mano y la tuya se encontraron cogiendo el mismo libro de aquella librería de aquel pueblo de aquella ciudad llamada Barcelona. Pero ya sabes, hace mucho tiempo que perdí la ñoñería y me dejé el romanticismo tirado en la papelera de mi habitación (cerca de mí, por si algún día decido volver a ser una romántica empedernida). Así que me merendé tus ojos, tus manos, y aquello que todavía da pudor nombrar (no entiendo por qué).
Mañana quiero que seas Diego. Y pasearás conmigo por Madrid. Porque es nuestro sitio. El único lugar en el que suceden esas cosas que consiguen encogerme el estómago. Un frappuccino después de salir del Metro. Un beso en la frente. Y me pierdo en tu boca. Hasta que llegue la noche y podamos comprobar que en Madrid también pueden verse las estrellas (incluso rozarlas con la punta de los dedos).

Hola. Me llaman Octubre. ¿A ti cómo te llaman?

16 comentarios:

Lucía 27 de junio de 2009, 2:27  

Hermoso, maravilloso, no hay palabras!
Y como no rozar con la punta de los dedos las estrellas en Madrid, si es un lugar de magia (por lo menos para mi) como lo hay muy pocos...

Un beso con cientos de gotitas de agua!!

Nandasaurius.(: 27 de junio de 2009, 2:28  

Precioso. Igual que Lucía, no hay palabras. Un texto sublime, tan cinematográfico...

Ah, Madrid, algún día iré ahí a rozar las estrellas.

¡Qué estés bien! :)

Chica Regaliz 27 de junio de 2009, 12:25  

muy profundo, creo que tus textos dejan algo dentro de la persona que los lee... muy bonito!!^^

inmensosvacios 27 de junio de 2009, 16:40  

No voy a encontrarme en este blog ni un solo texto que no me enamore?

Genial!

Un beso!

Violetcarsons 27 de junio de 2009, 20:01  

está genial :)

Me llaman Violet Carsons...

Besos!!

Espérame en Siberia 27 de junio de 2009, 20:27  

A mí me llaman Siberiana. Porque siempre termino huyendo a esa tierra.
Qué hermoso tu texto. Justo ayer vi un programa de personalidades múltiples, y tu escrito me recordó mucho a ese tema.

Un abrazo.

Siôrs 27 de junio de 2009, 22:16  

Por mucho romanticismo que hayas dejado en la papelera, parece que este no te abandona. Eres una romántica sexual, sin duda.

Un saludo.

ele* 28 de junio de 2009, 0:12  

he estado un monton de veces por Madrid, pero creo que nunca he tocado las estrellas ni siquiera las he visto. Me gustaria pode ir y perderme por sus calles, por todos esos rincones que saben a páginas de libro y a poesías y a canciones y a relatos que se escriben en cientos de blogs diferentes.

en fin, a mi me llaman Junio, porque nací en él.

eliú 28 de junio de 2009, 1:40  

hace tiempo dejé regados en el piso de la habíatación, la fantasía de encogermer el estómago, rozar las estrellas y los besos en la frente... hace ya mucho... pero al regresar a este espacio, regreso a ellos por instantes... no niego ser un tipo de aquellos medievales que trepan a las ventanas a dejar alguna carta, alguna rosa o algún cursi cántico de madrugada, no, no lo niego... sólo que lo he dejado dormir.

insisto, aquí es cómo si me permitiera estar completo.

Vanille Galaxy 28 de junio de 2009, 3:17  

Y quizás Diego aparezca, quién sabe.

Un saludo :)

Anónimo 28 de junio de 2009, 15:35  

Yo quiero rozar con la punta de mis dedos las estrellas siempre.

Mer

marta 28 de junio de 2009, 16:22  

¡Qué tierno! ¡Qué dulce! ¡Qué bonito!
Me ha encantado. Te sigo.
Un beso MUYGRANDE :)

Unknown 28 de junio de 2009, 20:43  

soy capaz de dedicartela pero no sé como fabricarla

Lenika 28 de junio de 2009, 22:33  

Dios mio, te ha salido genial, perfecto, te sigo me ha gustado tu blog y tu manera de escribir

Clementine 28 de junio de 2009, 22:53  

Increible.
Yo tiré ayer el romanticismo a la basura, y perdi un poco la capacidad de soñar. Hasta que alguien rellene este vacío, hasta nuevo aviso.
Yo tambien era Octubre, ahora intentare no hablar de él..

:*

Anónimo 30 de junio de 2009, 14:54  

Creo que el romanticismo siempre es bueno conservarlo cerca, y pese aunque a veces creamos que está bien en la basura, yo nunca le prendería fuego. Necesito de esas ñoñerías que te cagas.

Me gusta lo provocador del relato.
Un abrazo = )