sábado, 20 de junio de 2009
Al hacer el recuento de mis lunares me he dado cuenta que me faltan diecisiete. Uno de ellos se ha trasladado a la cuarta esquina de la calle Don Miedo de tu corazón. Otro ha saltado hasta la palma de tu mano porque ha querido que tú también seas mágico (porque ya sabes eso que dicen: las personas que tenemos lunares en las palmas de las manos somos brujas). Un tercer lunar juguetón vive ahora en tu cadera. A modo de diana: marcándome el lugar a donde irán a parar mis besos [los besos en las caderas se sienten mucho mejor].
Los otros catorce lunares se me perdieron anoche entre tus sábanas mientras me robabas la razón (y la sinrazón) en tu continua embestida. Y cada vez que intento buscarlos, tu olor impregnado en cada centímetro de esta habitación (y en cada milímetro de mi piel) hace que me pierda en el recuerdo de tus manos dibujándome, de tu boca recorriéndome y de mis jadeos ensordecedores.
Y estuvimos tan juntos que te sentí más tatuado en mi piel que mis propios lunares. Quizás por eso los perdí. Ahora voy a dejar esta búsqueda solitaria para empezarla contigo. Mézclate conmigo entre estas sábanas que aún guardan nuestros susurros nocturnos. Y dime si encuentras alguno de mis lunares. Pero sin prisa. Y con pausas. Sin preocupación... Que yo volveré a empezar el juego en el que tus pensamientos calurosos se enredan entre mi pelo. Y se me caerán otros diecisiete compañeros con cada una de tus embestidas.
10 comentarios:
ala, no sabia lo de los lunares en la palma de la mano!
yo tengo uno, que guay ^^
me encanta tu texto, es muy expresivo y eta genial escrito
un besazo!!
Bonitos textos. Me guasta. Te sigo. ;)
Qué bonito es sentir esa pasión, esa entrega..
:)
Mira que yo tengo muchos lunares, pero en la palma de la mano ninguno.
Me ha gustado mucho el texto.
Un beso :)
Si uno vale, en la palma derecha lo tengo. El único. No te explicaré de dónde sale. Pero, entre horas -me gusta tu horario para amar y dejar de amar-, puedo ayudarte a contar los de tu espalda.
¿Sabías que cada lunar, según dónde esté, tiene un nombre? En el siglo XVII las mujeres utilizaban lunares postizos -estrellas, lunas crecientes y corazones- y servían para desviar la atención de las marcas de viruela.
Se colocaban cerca de los ojos, junto a los labios, en las mejillas, en la frente, en el cuello, en los pechos... y crearon un lenguaje silencioso y claro: uno junto a la boca denotaba deseos de flirtear; en la mejilla derecha, que la mujer estaba casada; en la izquierda que estaba prometida; junto a un ojo gritaba deseo de pasión.
a ti se te pierden diecisiete, mientras que a mi me aparecen tres más formando un triángulo tras la oreja...
muy buen texto, muy original!!^^ me encantaa!!
Ojalá pronto vuelva a arrancarte lunares :)
qUe bOn¡tA EntrAdA!
y qUe cUtE* tU blOg!
me gUstA ;D andarE acá
salUdOs hErmOsA!
Ninfa Poética -> Sí, somos brujas ;)
inmensosvacios -> nos seguimos pues :)
Bego -> Yo es que tengo lunares en los lugares más raros (plantas de los pies, en el labio, en los lóbulos de las orejas, etc.)
Pedro R. -> estás consiguiendo que me haga adicta a tus comentarios :)
eliú -> los lunares que forman un triángulo son más fuertes y no se pierden.
La chica de los regalices -> gracias!
Momo -> Bueno, esta historia no me pertenece. Hace mucho que no dejo que se me pierdan lunares en sábanas ajenas... pero me gusta escribir historias que han podido pasarme a mí o a los que me rodean.
karlaramelo -> gracias!
Las constelaciones de lunares en la piel son las mejores de todas, yo me pasaría horas mirándolas :]
Un beso muy fuerte.
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