lunes, 2 de septiembre de 2013

Los cambios sientan bien. Mi mes de cambios es octubre (quienes me conocen, lo saben). Pero ya no estoy sola. Y si su mes de cambios es septiembre, haremos cambios también en septiembre.

Este año ha sido complicado, difícil, diferente... una mierda en general. Pero no todo ha sido malo. Después de 7 años de soltería, encuentro a un pirata para mis aventuras. Después de vivir muchos años con mis padres y alguno que otro sola en Málaga y en Madrid, me voy de alquiler (sola) a un piso. Y con una gata. Que no es un hijo pero, oye, depende bastante de mí.

Al estar tanto tiempo sola, he ido creando mis manías, mis fantasmas y mis muros. He tenido que ir eliminándolos poco a poco porque ya no es sólo cuestión de mi propia felicidad, ya es cuestión de la felicidad de dos personas. Cambios personales que me llevan a estar más tranquila, más estable.

Me gusta viajar por España. Pero octubre me traerá un viaje a Holanda. También un concierto que estaba esperando. Y el gran cambio vendrá con una mudanza a un piso nuevo donde viviré en pareja. Como nunca creí que estaría.

Los cambios, a veces vienen bien. Aunque septiembre siempre huela a libretas nuevas, lápices Alpino y ceras Plastidecor.

3 comentarios:

M. 10 de septiembre de 2013, 10:22  

Y a mandarinas... :)
http://www.youtube.com/watch?v=Btv-tp0M1zk

Pedro R. 18 de septiembre de 2013, 11:43  

Y, sin embargo, qué prosáico es todo ahora; cómo se desvanece el deseo, la libertad y se concretan los sustantivos: muros, piso, pareja, alquiler...
Que lo sólido no se haga aire, y que el aire no nos asfixie enrarecido. Sólo perdemos las batallas que abandonamos. Suerte.

Luna Roi 6 de febrero de 2014, 11:52  

Hola. Y sólo lloro sin cesar. No me veo.

L.