lunes, 6 de diciembre de 2010

Experto en acortar distancias. Porque sí, las distancias cortas eran su terreno (comopezenelagua). Y yo ahora, sin más, reivindico mi derecho a volar. Palabras sin sentido en noches enclaustradas. Tienes una cuenta pendiente de besos sin remitente (¿A qué saben los besos que nunca llegan a darse?). Me jode admitir que la coca-cola de tus ojos vuelve a inundar el epicentro de mis pestañas. Y hoy no tengo fuerzas para cambiar el mundo. Pero quiero regalar sonrisas de labios rojos a todo aquel que consiga rodearme de vainilla sin romperme en el intento. ¿Cómo narices se consigue arañar las entrañas de alguien?

Apenas me queda infancia en las mejillas.

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