miércoles, 3 de marzo de 2010

Se pretende obligar a las bibliotecas públicas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para 'resarcir' a los autores. Mientras la gente de a pie apenas llega a fin de mes, los ya millonarios se forran a cuenta nuestra. No consientas tamaño atentado contra la cultura y pasa este mensaje a todos tus amigos.


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POR EL PLACER DE LA LECTURA:

La SGAE (Sociedad General de Autores) ataca de nuevo.

Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor.

POR LA LECTURA

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes
sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro
a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados,
paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el
conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas
actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio.

b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad
el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa
mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

José Luis Sampedro

Si estás de acuerdo, pásalo. Por el placer de la lectura.

6 comentarios:

pintamonadas 3 de marzo de 2010, 12:37  

Vivimos en una cultura capitalista, con este tipo de actitudes, lo que fomentan precisamente no es que la gente lea más. Esto es un pro de la incultura de masas.

Marc 3 de marzo de 2010, 13:18  

A eso, hay que añadirle lo que he ido leyendo por internet:
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TEDDY BAUTISTA Presidente del Consejo de Dirección de la SGAE: "Lo lógico es que Telefónica cobre de Google y nos pague a nosotros"

http://www.elpais.com/articulo/cultura/logico/Telefonica/cobre/Google/nos/pague/elpepicul/20100301elpepicul_1/Tes

P. Los operadores, sus viejos antagonistas, dicen ahora que quieren cobrarle a Google...

R. Lo que se ha atrevido a decir Alierta es la clave. Google desarrolla todo su entramado usando la línea telefónica, y no paga nada. Y lo mismo le ocurre a las operadoras con la industria de contenidos, que generan un negocio de consumo de ADSL y de ancho de banda. Lo lógico sería que Google pagara a las operadoras por usar su red y éstas, a su vez, nos pagaran a nosotros. Sería un modelo de negocio estable y sostenible.

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Teddy Bautista es ese que cobra de UNA ASOCIACIÓN SIN ÁMBITO DE LUCRO (como es o al menos fue proyectada la SGAE) la friolera de 323.000€ anuales y que se va a quedar con una pensión vitalicia por jubilación de 294.000€ anuales

Claudia 3 de marzo de 2010, 16:35  

Me parece absurdo que se pretenda cobrar por leer en una biblioteca, o por escuchar música. Luego se quejan de que no tenemos cultura, ¡pues que nos dejen tenerla! ¿Vamos a tener que pagar por la cultura? Es una idiotez.
Dentro de poco, una raya de coca costará menos que un disco o un libro, y ¿qué esperan que los jóvenes elijan?

Luna Roi 3 de marzo de 2010, 22:51  

Amor, la extraña enfermedad de escribir o leer lo que se escribe, que nos atormenta desde hace tiempo, sigue agravándose cada día...

(Este señor, siempre tan sabio)

Un beso muy fuerte,

L.

[Esto que pones hoy en tu blog es muy importante]

Duna Loves 4 de marzo de 2010, 13:03  

Otra vez con lo del préstamo de pago... Recuperando el tema a ver si cuela, no? Entre esto y lo de cobrar por poner música en las peluquerías... ya mismo me tengo q ir a hacer radio a la calle porque a todos los comerciantes les van a querer cobrar por enceder su equipo... ains...

Y luego dicen que la juventud vive en la cultura de lo gratis y q nunca quiere pagar nada. Para que los cuatro de siempre se lleven millones que quieres que te diga... pa mi.

Muy mal, muy mal.
Además, me pretendes decir que con los 70 mil socios q tiene, la SGAE representa a todos los músicos de España no? A los que ni siquiera les estás dando una parte de tus beneficios porque te dedicas a comprar teatros para luego hacer lo que te dé la gana en ellos.

La SGAE me quema.

galmar 12 de marzo de 2010, 21:17  

Genial por Sampedro!!! :)) y qué experiencias más bonitas cuenta! Gracias por difundirlo!! Un biquiñoooo! Y feliz findeeee:))